REVISTA OTRO SENTIDO

Publicación Semestral de la Facultad de Comunicación Organizacional con énfasis en Relaciones Internacionales de la Colegiatura Colombiana







Cuarta Edición Enero-julio de 2010

¡ESPECIAL GUAJIRA!

Cada año, la Facultad de Comunicación Organizacional con énfasis en Relaciones Internacionales realiza un Viaje de Aprendizaje Nacional con el propósito de conocer y articular experiencias de comunicación en otros contextos a los contenidos del proceso de formación que los estudiantes y los docentes comparten en la facultad.

Este año a finales de abril este viaje se realizó al Departamento de La Guajira donde los viajeros conocieron procesos de comunicación participativos que hacen parte de la labor de responsabilidad social con comunidades de influencia en proyectos como El Cerrejón donde se trabaja con cuatro fundaciones en diversos programas con las comunidades de influencia de la mina. También conocieron la experiencia del Santuario de Flora y Fauna Los Flamencos, donde conjuntamente con la Universidad de La Guajira se trabaja en un proyecto de conservación de especies marinas. Además, visitaron la Fundación Ana Watta Kai, que surgió de la necesidad de asociación de las comunidades Wayúu en la zona de influencia del Parque Eólico Jepírachi de Empresas Públicas de Medellín.

La bitácorade los viajeros así como sus impresiones, sentires y aprendizajes se plasman en esta página especial con las crónicas de viaje que aquí se incluyen.



La Guajira, territorio de sentidos y contrastes


Por: Omaira Martínez Cardona. Docente coordinadora Viaje de Aprendizaje
Correo: omaira.martinez@colegiatura.edu.co

Fotografías tomadas por la autora.


Viajar para conocer y aprender de otros es una de las vivencias más productivas para el desarrollo integral del ser humano y para el reconocimiento como seres en permanente intercambio de sentidos, saberes y sentires.

Uno de los volantes de promoción del Segundo Viaje de Aprendizaje Nacional de la Facultad de Comunicación Organizacional con énfasis en Relaciones Internacionales de La Colegiatura decía: “imaginarse La Guajira es pensar en carbón, cultura y tradición”. Otra cosa es estar allá, sentirla y vivirla.

La Guajira o Wajiira como se dice en wayuunaiki, es un territorio de contrastes que va más allá de sus límites geográficos y su extensión de 20 mil 800 kilómetros cuadrados distribuidos en 15 municipios. Es mucho más que las 30.3 millones de toneladas que exportó Cerrejón en el año 2009 o las infinitas aguas del mágico y embrujador Cabo de la Vela.

Para sus poco menos de 700.000 habitantes -según la estadística del último censo- no existen los límites, los pobladores wayúu se sienten tan colombianos como venezolanos. “A nosotros el tema de la transculturación nos llegó con el impacto de algunos proyectos como el Cerrejón, la influencia y el mestizaje con los sirios-libaneses que se asentaron en la zona de Maicao y la colonización del blanco o Arijuna. El tema de las fronteras no existe, es habitual que nosotros atravesemos fácilmente la Península de La Guajira para llegar a Venezuela y también es usual que nuestras mujeres con sus tradicionales mantas porten el blackberry de última generación o vayan a la Universidad”, dice Rosa Epieyú, líder de una comunidad beneficiada con un proyecto productivo por la Fundación Chirigua.








La Energía del Viento


Por : Ana Cristina López Ríos. Estudiante VIII semestre.


Entre las dunas del desierto se extienden 15 gigantescos molinos de 60 metros de altura que constituyen el Parque Eólico de Jepírachi de Empresas Públicas de Medellín, nombre que hace referencia en wayuunaiki a los “vientos que vienen del nordeste en dirección del Cabo de la Vela”.

Ubicado entre las rancherías Arutkajüi y Kasiwolin, cerca de Puerto Bolívar y del Cabo de la Vela, JEPÍRACHI es un laboratorio experimental, creado como plan piloto de generación de energía eólica con el fin de entrar en el contexto internacional de búsqueda de nuevas fuentes energéticas con menor impacto ecológico.



Teniendo en cuenta la ubicación del parque fue vital la inclusión de la comunidad wayúu en la elaboración, proyección y posterior puesta en marcha, a través de relaciones de confianza que permitieron generar conciencia sobre la necesidad de constituir organizaciones de grupos indígenas, capaces de reflejar las necesidades de su comunidad y de establecer criterios de crecimiento conjunto y autosostenible en la región como compensación por la tierras usadas en JEPÍRACHI.



• La energía eólica hace referencia a aquella contenida en el viento, pues las masas de aire al moverse llevan energía cinética, las cuales al chocar con otros cuerpos aplican sobre ellos una fuerza, capaz de movilizarlos y generar energía eléctrica.
• Este tipo de energía no contamina el medio ambiente con gases ni agrava el efecto invernadero, es una valiosa alternativa frente a los combustibles no renovables como el petróleo.




Cerrejón: minería de alto impacto


Por: Luciano Peláez Freydell. Docente del curso de Sociedad y Comunicación Virtual.
Correo: luciano.pelaez@colegiatura.edu.co




Atrás han quedado las apacibles casas uniformes. Al poco, el aire se hace plomizo y pesado. El efecto abrasador del calor ambienta el monumental cráter: en su interior se apocan los inmensos camiones de más de 10 metros de altura que con eficiencia de hormiga sacan carbón las 24 horas del día. 365 días al año.

“En La Guajira sólo se vive de 2 cosas: la política, y la mina” apunta Catherine, la funcionaria encargada de las visitas a El Cerrejón, el yacimiento de carbón a cielo abierto más grande del mundo, ubicado en el norte de Colombia. No es una exageración, pues de los cerca de 9 mil empleos que genera la empresa, el 60% proviene de la zona.

Las visitas comienzan con un video institucional y continúan con un recorrido en autobús por una reducida franja de las 69 mil hectáreas que conforman el espacio de la mina. -Sólo una pequeña fracción ha sido explotada-. Una voz casi automática pondera las bondades de las instalaciones: un centro comercial, escenarios deportivos, colegio bilingüe, supermercados, bancos. Las palabras llevan un empeño turístico cuando al paso por un reverdecido campo Catherine explica que hace un tiempo allí hubo un tajo del que se extrajeron millares de toneladas de carbón durante años. Ahora, una milimétrica pradera desafía el clima árido de la región.

Los cráteres tienen una vida útil. En una profundidad dada, explica ella, aunque siga habiendo mantos de mineral, ya no es rentable para la compañía la extracción pues los recorridos de los apoteósicos camiones encarecerían el proceso: que comienza ahí, sigue durante 150 kilómetros por tren hasta Puerto Bolívar, y finalmente se embarca hacia múltiples lugares del mundo, particularmente Europa.